La Confederacion Cafetalera Dominicana denuncio en el Dia del Cafe que el sector pasa por una grave crisis que afecta 50 mil familias productoras del grano aromático.
Por lo pronto exigen al gobierno mil millones de pesos para rehabilitacion del sector de los daños provocados por las recientes tormentas Olga y Noel.
La rueda de prensa se efectuó en el Salón Orlando Martinez, con la asistencia del personal del CDP.
La presidenta del Colegio fue representada por José Rafael Sosa, Secretario de Educación. Mercedes Castillo se encuentra en la celebración del Dia del Periodista en la seccional de New York y la juramentacion de la seccional de New Jersey.
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En el Día del Café
Solicitan crear un fondo para rehabilitar la caficultura
El día del café, que se conmemora este 11 de abril, encuentra a más de 50 mil familias productoras inmersas en una miseria espantosa, agravada después de las tormentas Noel y Olga que destruyeron viviendas, plantaciones, caminos, escuelas y otras infraestructuras y dejaron un saldo de cientos de muertos, miles de damnificados y perdidas directas entre los caficultores superiores a los mil millones de pesos.
La prometida ayuda estatal para reparar los daños causados por esos fenómenos atmosféricos no acaba de materializarse pese a que han pasado seis meses de Noel y cuatro de Olga. Como resultado de esa irresponsabilidad estatal, la caficultura dominicana atraviesa ahora su peor momento.
El 86% de las familias caficultoras son pobres y tienen poco o ningún acceso a los servicios de salud, educación, electricidad, agua potable y telefonía. Su esperanza de cambio económico y social depende de la surte que corra la caficultura, que es la principal fuente de sustentación de las poblaciones rurales residentes en zonas montañosas o de altura. Si el café muere, muere la vida en la loma.
Los productores y productoras de café estamos dispuestos a luchar para que no muera la caficultura. Por eso nos hemos organizado en todas las zonas en que se cultiva este grano y contamos con una confederación nacional dispuesta a echar la pelea para que vuelva a florecer esta importante actividad económica, que tan destacado papel ha desempeñado en la economía del país. Esa organización, la unidad de los productores, es el único logro que podemos exhibir con orgullo en este día del café.
El café, vale la pena recordarlo, es fuente de divisas, genera empleos en la zona rural y protege las cuencas hidrográficas del país. Invertir en la caficultora es una responsabilidad estatal, que de cumplirla, beneficiaría no solo a las decenas de miles de familias rurales que cultivan café sino a toda la sociedad, que necesita un medio ambiente sano, abundantes fuentes de agua y un equilibrio entre el campo y la ciudad.
La ocasión es propicia para reclamar del Estado la creación de un fondo destinado a impulsar el rescate de la caficultora. Ese fondo podría iniciar con un aporte de mil millones de pesos por parte el Gobierno. Se utilizaría para préstamos a los productores interesados en mejorar sus plantaciones y en construir infraestructuras básicas para elevar la producción y la productividad. En la actualidad, menos del 10% de los productores tiene acceso a financiamiento.
Otra manera de apoyar el rescate de la caficultora es mediante la construcción y reconstrucción de las obras destruidas por los últimos fenómenos atmosféricos. Es hora de que los gobiernos entiendan que la gente del campo, especialmente la que produce riquezas, tiene derecho a recibir servicios estatales. Es justo construir viviendas dignas para las familias que perdieron todo, es justo hacer escuelas, llevar la electricidad, edificar centros de salud dotados de medicamentos y personal capacitado.
El momento también es oportuno para solicitar la aplicación de la ley 64-00 que establece el pago por servicios ambientales. Somos productores y protectores de agua y energía eléctrica sin que por ello recibamos ninguna compensación y eso no es justo.
El café dominicano, además de su consumo masivo en el país, tiene una demanda ilimitada en los mercados internacionales, situación que deberíamos aprovechar para incrementar su producción y mejorar la productividad. Esta dramática crisis del café podríamos convertirla en oportunidad para el desarrollo de una actividad económica y social que nosotros sabemos hacer. Solo necesitamos que el Estado actúe con equidad y sentido común.
Confederación Cafetalera Dominicana
Unión de Asociaciones de Caficultores del Norte
Núcleo de productores de la Frontera Norte
Núcleo de Cafilcultores Junqualito
Núcleo de Caficultores Sajoma
Núcleo de Caficultores Jarabacoa
Núcleo de Caficultores El Mamey
Núcleo de Caficultores Altamira Puerto Plata
Núcleo de Caficultores Paradero
Núcleo de Productores del Cibao
Federación de Caficultores de la Región Sur
Núcleo de Caficultores y Agricultores de San Cristóbal
Asociación de Caficultores La Esperanza
Núcleo de Caficultores de Baní
Movimiento Cafetalero Banilejo
Núcleo de Caficultores San José de Ocoa
Núcleo de Caficultores de Azua
Núcleo de Caficultores del Cercado
Núcleo de Caficultores Juan Santiago
Núcleo de Caficultores Hondo Valle
Núcleo de Caficultores Neyba
Núcleo de Caficultores de Los Ríos
Núcleo de Caficultores Independencia
Núcleo de Caficultores de Barahona
Núcleo de Caficultores de Polo
Asociación Las Tres Hermanas Pedernales
Núcleo de Caficultores Padre Las Casas
Federación de Caficultores y Agricultores Prodesarrollo de San Juan de la Maguana
Integrados por 26 Asociaciones
Documento anexo:
El sector agrícola va perdiendo lentamente peso relativo en el conjunto de la economía pasando del 28% del PIB en la década del 50 al 11.5% en lo que va de la presente década. En lo que tiene que ver con la generación de empleo paso de generar el 54.7% en la década del 70 al 14.3% en los años que van de esta década. Para este mismo periodo paso de 84% a 15.1% en las exportaciones de cultivos tradicionales.
Según ONAPLAN (2005), los hogares pobres a nivel rural alcanzan una proporción de 55.6%, mientras los hogares en condiciones de pobreza extrema ascienden a 13.7%.
El cultivo de café se encuentra distribuido en 18 provincias y 45 municipios, ocupando una superficie de 2.1 millones de tareas poseídas por unos 50 mil productores y productoras, de los cuales el 92% explota pequeñas fincas de menos de 6 hectáreas aprox. (100 tareas), la producción anual es de aproximadamente 675,000 quintales, generando unos 300,000 empleos directos (entre las labores agrícolas y de cosecha).
Las exportaciones de café presentan una perdida de peso doble, por un lado ha disminuido su peso en el conjunto de las exportaciones agrícolas, por otro, han perdido importancia en el conjunto de la producción cafetalera.
El café exportado constituye el 6% del total de las exportaciones agrícolas tradicionales, descendiendo de la vieja posición de ser el segundo producto tradicional de exportación a la ultima posición entre los productores clásicos agrícolas generadores de divisa.
En el periodo 1995-2005, las exportaciones de café dominicano muestran una continua y marcada tendencia a la baja. El aporte de las exportaciones al PIB cafetero ha pasado de 47.1% en el año 1995 a menos del 10% en promedio en lo que va de la presente década.
La mayoría de las plantaciones de café son minifundio: casi las tres cuartas partes de las fincas tienen menos de 50 tareas. De ahí que la composición social del sector cafetero se caracteriza por una alta presencia de pequeños productores.
Las zonas rurales en general y cafetaleras en particular experimentan un continuado proceso de perdida de capital humano debido a la emigración. El 40% de las familias de las montañas ha emigrado hacia las ciudades principales debido a la baja productividad de los cafetales, los bajos precios de este cultivo y la caída general de los precios de sus productos agrícolas. Los datos a nivel de las gerencias de CODOCAFE muestran que la proporción de hogares pobres en promedio alcanza 72.6% y los hogares en condiciones de pobreza extrema (indigencia) alcanzan una proporción de 24.6%. el 48% de los hogares es pobre sin alcanzar la condición de la pobreza extrema.
11 de abril 2008
Santo Domingo, D.N.
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En el Día del Café
Solicitan crear un fondo para rehabilitar la caficultura
El día del café, que se conmemora este 11 de abril, encuentra a más de 50 mil familias productoras inmersas en una miseria espantosa, agravada después de las tormentas Noel y Olga que destruyeron viviendas, plantaciones, caminos, escuelas y otras infraestructuras y dejaron un saldo de cientos de muertos, miles de damnificados y perdidas directas entre los caficultores superiores a los mil millones de pesos.
La prometida ayuda estatal para reparar los daños causados por esos fenómenos atmosféricos no acaba de materializarse pese a que han pasado seis meses de Noel y cuatro de Olga. Como resultado de esa irresponsabilidad estatal, la caficultura dominicana atraviesa ahora su peor momento.
El 86% de las familias caficultoras son pobres y tienen poco o ningún acceso a los servicios de salud, educación, electricidad, agua potable y telefonía. Su esperanza de cambio económico y social depende de la surte que corra la caficultura, que es la principal fuente de sustentación de las poblaciones rurales residentes en zonas montañosas o de altura. Si el café muere, muere la vida en la loma.
Los productores y productoras de café estamos dispuestos a luchar para que no muera la caficultura. Por eso nos hemos organizado en todas las zonas en que se cultiva este grano y contamos con una confederación nacional dispuesta a echar la pelea para que vuelva a florecer esta importante actividad económica, que tan destacado papel ha desempeñado en la economía del país. Esa organización, la unidad de los productores, es el único logro que podemos exhibir con orgullo en este día del café.
El café, vale la pena recordarlo, es fuente de divisas, genera empleos en la zona rural y protege las cuencas hidrográficas del país. Invertir en la caficultora es una responsabilidad estatal, que de cumplirla, beneficiaría no solo a las decenas de miles de familias rurales que cultivan café sino a toda la sociedad, que necesita un medio ambiente sano, abundantes fuentes de agua y un equilibrio entre el campo y la ciudad.
La ocasión es propicia para reclamar del Estado la creación de un fondo destinado a impulsar el rescate de la caficultora. Ese fondo podría iniciar con un aporte de mil millones de pesos por parte el Gobierno. Se utilizaría para préstamos a los productores interesados en mejorar sus plantaciones y en construir infraestructuras básicas para elevar la producción y la productividad. En la actualidad, menos del 10% de los productores tiene acceso a financiamiento.
Otra manera de apoyar el rescate de la caficultora es mediante la construcción y reconstrucción de las obras destruidas por los últimos fenómenos atmosféricos. Es hora de que los gobiernos entiendan que la gente del campo, especialmente la que produce riquezas, tiene derecho a recibir servicios estatales. Es justo construir viviendas dignas para las familias que perdieron todo, es justo hacer escuelas, llevar la electricidad, edificar centros de salud dotados de medicamentos y personal capacitado.
El momento también es oportuno para solicitar la aplicación de la ley 64-00 que establece el pago por servicios ambientales. Somos productores y protectores de agua y energía eléctrica sin que por ello recibamos ninguna compensación y eso no es justo.
El café dominicano, además de su consumo masivo en el país, tiene una demanda ilimitada en los mercados internacionales, situación que deberíamos aprovechar para incrementar su producción y mejorar la productividad. Esta dramática crisis del café podríamos convertirla en oportunidad para el desarrollo de una actividad económica y social que nosotros sabemos hacer. Solo necesitamos que el Estado actúe con equidad y sentido común.
Confederación Cafetalera Dominicana
Unión de Asociaciones de Caficultores del Norte
Núcleo de productores de la Frontera Norte
Núcleo de Cafilcultores Junqualito
Núcleo de Caficultores Sajoma
Núcleo de Caficultores Jarabacoa
Núcleo de Caficultores El Mamey
Núcleo de Caficultores Altamira Puerto Plata
Núcleo de Caficultores Paradero
Núcleo de Productores del Cibao
Federación de Caficultores de la Región Sur
Núcleo de Caficultores y Agricultores de San Cristóbal
Asociación de Caficultores La Esperanza
Núcleo de Caficultores de Baní
Movimiento Cafetalero Banilejo
Núcleo de Caficultores San José de Ocoa
Núcleo de Caficultores de Azua
Núcleo de Caficultores del Cercado
Núcleo de Caficultores Juan Santiago
Núcleo de Caficultores Hondo Valle
Núcleo de Caficultores Neyba
Núcleo de Caficultores de Los Ríos
Núcleo de Caficultores Independencia
Núcleo de Caficultores de Barahona
Núcleo de Caficultores de Polo
Asociación Las Tres Hermanas Pedernales
Núcleo de Caficultores Padre Las Casas
Federación de Caficultores y Agricultores Prodesarrollo de San Juan de la Maguana
Integrados por 26 Asociaciones
Documento anexo:
El sector agrícola va perdiendo lentamente peso relativo en el conjunto de la economía pasando del 28% del PIB en la década del 50 al 11.5% en lo que va de la presente década. En lo que tiene que ver con la generación de empleo paso de generar el 54.7% en la década del 70 al 14.3% en los años que van de esta década. Para este mismo periodo paso de 84% a 15.1% en las exportaciones de cultivos tradicionales.
Según ONAPLAN (2005), los hogares pobres a nivel rural alcanzan una proporción de 55.6%, mientras los hogares en condiciones de pobreza extrema ascienden a 13.7%.
El cultivo de café se encuentra distribuido en 18 provincias y 45 municipios, ocupando una superficie de 2.1 millones de tareas poseídas por unos 50 mil productores y productoras, de los cuales el 92% explota pequeñas fincas de menos de 6 hectáreas aprox. (100 tareas), la producción anual es de aproximadamente 675,000 quintales, generando unos 300,000 empleos directos (entre las labores agrícolas y de cosecha).
Las exportaciones de café presentan una perdida de peso doble, por un lado ha disminuido su peso en el conjunto de las exportaciones agrícolas, por otro, han perdido importancia en el conjunto de la producción cafetalera.
El café exportado constituye el 6% del total de las exportaciones agrícolas tradicionales, descendiendo de la vieja posición de ser el segundo producto tradicional de exportación a la ultima posición entre los productores clásicos agrícolas generadores de divisa.
En el periodo 1995-2005, las exportaciones de café dominicano muestran una continua y marcada tendencia a la baja. El aporte de las exportaciones al PIB cafetero ha pasado de 47.1% en el año 1995 a menos del 10% en promedio en lo que va de la presente década.
La mayoría de las plantaciones de café son minifundio: casi las tres cuartas partes de las fincas tienen menos de 50 tareas. De ahí que la composición social del sector cafetero se caracteriza por una alta presencia de pequeños productores.
Las zonas rurales en general y cafetaleras en particular experimentan un continuado proceso de perdida de capital humano debido a la emigración. El 40% de las familias de las montañas ha emigrado hacia las ciudades principales debido a la baja productividad de los cafetales, los bajos precios de este cultivo y la caída general de los precios de sus productos agrícolas. Los datos a nivel de las gerencias de CODOCAFE muestran que la proporción de hogares pobres en promedio alcanza 72.6% y los hogares en condiciones de pobreza extrema (indigencia) alcanzan una proporción de 24.6%. el 48% de los hogares es pobre sin alcanzar la condición de la pobreza extrema.
11 de abril 2008
Santo Domingo, D.N.
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