Monseñor Benito Angeles se pronució firmemente en torno a la ética de la comunicación y los comunicadores, en la misa con motivo del Día Nacional del Periodista en la Iglesia Nuestra Señora de la Paz.
Al acto religioso acudió la directiva del CDP y delegaciones de organizaciones hermanas.
he aqui las palabras de Monseñor Angeles.
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Homilía de Monseñor Benito Angeles
En la misa del 5de Abril, Iglesia La Paz, con motivo
De la celebración del Dia Nacional del Periodista.
PERIODISMO Y ETICA DE LA COMUNICACION SOCIAL.
Quisiera comenzar esta reflexión agradeciendo a las personas responsables de organizar esta festividad, por tener la amabilidad y gentileza de invitarme a presidir esta celebración eucarística, que por demás, es la acción de gracia por excelencia del Cristianismo.
Y qué bueno, hoy que celebramos el día del Periodista que hayan elegido comenzar de esta manera, su fiesta, que ustedes hacen nuestra.
Me causa una inmensa alegría compartir con los periodistas en este día, pues soy un apasionado de dos temas de vital importancia, que son: la Educación en la formación del desarrollo humano integral, el correcto y efectivo uso de los medios de comunicación social.
Todas nuestras acciones llevan directa o indirectamente decisiones éticas, aún aquellas que consideramos de poca trascendencia. Ser personas éticas va más allá de no aceptar sobornos o no transmitir historias dudosas y falsas como si fueran verdaderas, sino que nos hacen ser entes objetivos, veraces, auténticos, honrados y, sobre todo, responsables de lo que diariamente hacemos.
Quiero compartir con ustedes un fragmento del mensaje que Juan P. II, dirigió en 1998 a la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para las comunicaciones sociales:
"En los últimos años, la revolución de las comunicaciones ha continuado su rápido progreso… la tecnología de las comunicaciones puede ayudar a derribar barreras y crear nuevos vínculos de comunión y nuevas formas de oportunidad en un mundo donde la solidaridad humana es el camino esencial hacia el futuro".
Y luego nos dirá:
"En una situación tan compleja como la de las comunicaciones actuales, hacen falta un cuidadoso discernimiento y una educación efectiva, basada siempre en el reconocimiento de la prioridad de la ética sobre la tecnología, la prim acía de la persona sobre las cosas y la superioridad de lo espiritual sobre lo material"
(cf Redemptor hominis, 16).
Esto por que según el pensamiento de Juan Pablo II, la comunicación social tiene un descomunal poder para promover la dignidad humana y, por consiguiente, la felicidad del ser humano y su plena realización. De igual forma, se corre el peligro de que sean utilizados para bloquear a la comunidad y menoscabar el bien integral de la persona humana.
No podemos olvidar que cuando hablamos de medios de comunicación social nos referimos a todos aquellos soportes que hacen posible el que toda la información previamente emitida nos llegue hasta nosotros (la prensa escrita u oral, el cine, la radio, le televisión, Internet, correo electrónica, etc.). Estos a su vez tienen una gran influencia en la sociedad y en el cambio de mentalidad de la persona humana.
Hablar de la ética en los medios de comunicación social implica recordar que la información: acontecimientos, apreciaciones y acciones, no pueden existir sin una persona que se haga cargo de informar (periodista, reportero, comentarista, etc.) y que éste no se puede desprender de su conciencia.
Un periodista o comunicador puede encontrarse frente a un dilema moral: primero puede respetar su compromiso con la verdad independientemente de las consecuencias, y en segundo lugar puede ocultar la verdad por las consecuencias personales o sociales que puede tener su difusión. Es por esta razón que la labor del periodista ha de estar enraizada en la responsabilidad y el valor de asumir las consecuencias de un ejercicio profesional aferrado siempre, solo en todo a la verdad.
La ética tiene que ver con el pensamiento y las acciones de los hombres, acciones determinadas por su modo de pensar, de actuar, por la influencia de su carácter.
Por ética periodística podemos entender el pensamiento y la manera de actuar, dentro de la moral, de adhesión a la verdad, a la equidad, al respeto por la dignidad humana en sociedad, no en forma aislada y la búsqueda del desarrollo común en el manejo de la información.
La verdad, la objetividad y la libertad de expresión responsable son las columnas fundamentales de la ética periodística. Bajo el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación social y el cambio de mentalidad que ha traído como consecuencia la posmodernidad, se ha producido un giro amenazando de los principios y valores éticos hacia el ejercicio irresponsable de la libertad de expresión, el mundo virtual y de las apariencias, y, sobre todo, hacia la rentabilidad económica del quehacer periodístico.
De hecho, podemos decir que la misión principal de los medios de comunicación social y, sobre todo, del periodista es describir la realidad. Y es el ejercicio de esta misión, que el periodista ha de buscar la máxima objetividad posible. Como observador ha de explicar los hechos de manera transparente, pues las demás personas tienen el derecho a saber qué, cómo y por qué suceden las cosas.
En el día a día del ejercicio profesional periodístico se ha experimentado un mayor interés por el desarrollo de una ética de la comunicación, producto de la gran incidencia que tienen los medios de comunicación sobre las personas y las instituciones.
El propósito de ilustrar honestamente al público acerca de las materias investigadas. Las principales líneas que han de seguir los medios de comunicación son: objetividad, veracidad, oportunidad y pluralidad.
Creo que la dimensión ética de la comunicación no sólo atañe al contenido del mensaje y al proceso de comunicación, sino también a cuestiones fundamentales: la veracidad de los hechos, alta calidad del pensamiento, el respeto a la dignidad de la persona humana y la equidad en el juicio.
Un comunicador que sabe lo que escribe, definitivamente tendrá siempre seguidores o admiradores que cada día o cada noche busquen sus notas o vean sus programas televisivos para saber la verdad de los hechos. No sólo basta conocer la verdad para divulgarla, sino también para saber cómo decirla sin necesidad de manipular o distorsionar la información.
No quiero terminar sin antes dejar algunas recomendaciones en cuanto a los valores éticos que ha de tener, reunir y asumir un periodista y comunicador.
1. Tener en cuenta la dignidad de la persona humana
2. La principal meta es la humanización del hombre y la mujer, es decir, la búsqueda del bien común.
3. Responsabilidad y competencia.
4. Toda comunicación ha de ajustarse a la sinceridad, honradez y veracidad de los hechos.
5. Tenemos el imperativo moral de construir una mentalidad analítica y crítica.
Puedo afirmar que el periodismo es la mas noble de las profesiones, pero también puede llegar a ser el más vil de los oficios, según cómo se practique y se ejerza. Tenemos en nuestras manos el poder de construir una nueva y mejor sociedad dominicana, y dicha edificación es de vital importancia a la labor periodística como ente o institución rectora de opinión pública.
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Homilía de Monseñor Benito Angeles
En la misa del 5de Abril, Iglesia La Paz, con motivo
De la celebración del Dia Nacional del Periodista.
PERIODISMO Y ETICA DE LA COMUNICACION SOCIAL.
Quisiera comenzar esta reflexión agradeciendo a las personas responsables de organizar esta festividad, por tener la amabilidad y gentileza de invitarme a presidir esta celebración eucarística, que por demás, es la acción de gracia por excelencia del Cristianismo.
Y qué bueno, hoy que celebramos el día del Periodista que hayan elegido comenzar de esta manera, su fiesta, que ustedes hacen nuestra.
Me causa una inmensa alegría compartir con los periodistas en este día, pues soy un apasionado de dos temas de vital importancia, que son: la Educación en la formación del desarrollo humano integral, el correcto y efectivo uso de los medios de comunicación social.
Todas nuestras acciones llevan directa o indirectamente decisiones éticas, aún aquellas que consideramos de poca trascendencia. Ser personas éticas va más allá de no aceptar sobornos o no transmitir historias dudosas y falsas como si fueran verdaderas, sino que nos hacen ser entes objetivos, veraces, auténticos, honrados y, sobre todo, responsables de lo que diariamente hacemos.
Quiero compartir con ustedes un fragmento del mensaje que Juan P. II, dirigió en 1998 a la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para las comunicaciones sociales:
"En los últimos años, la revolución de las comunicaciones ha continuado su rápido progreso… la tecnología de las comunicaciones puede ayudar a derribar barreras y crear nuevos vínculos de comunión y nuevas formas de oportunidad en un mundo donde la solidaridad humana es el camino esencial hacia el futuro".
Y luego nos dirá:
"En una situación tan compleja como la de las comunicaciones actuales, hacen falta un cuidadoso discernimiento y una educación efectiva, basada siempre en el reconocimiento de la prioridad de la ética sobre la tecnología, la prim acía de la persona sobre las cosas y la superioridad de lo espiritual sobre lo material"
(cf Redemptor hominis, 16).
Esto por que según el pensamiento de Juan Pablo II, la comunicación social tiene un descomunal poder para promover la dignidad humana y, por consiguiente, la felicidad del ser humano y su plena realización. De igual forma, se corre el peligro de que sean utilizados para bloquear a la comunidad y menoscabar el bien integral de la persona humana.
No podemos olvidar que cuando hablamos de medios de comunicación social nos referimos a todos aquellos soportes que hacen posible el que toda la información previamente emitida nos llegue hasta nosotros (la prensa escrita u oral, el cine, la radio, le televisión, Internet, correo electrónica, etc.). Estos a su vez tienen una gran influencia en la sociedad y en el cambio de mentalidad de la persona humana.
Hablar de la ética en los medios de comunicación social implica recordar que la información: acontecimientos, apreciaciones y acciones, no pueden existir sin una persona que se haga cargo de informar (periodista, reportero, comentarista, etc.) y que éste no se puede desprender de su conciencia.
Un periodista o comunicador puede encontrarse frente a un dilema moral: primero puede respetar su compromiso con la verdad independientemente de las consecuencias, y en segundo lugar puede ocultar la verdad por las consecuencias personales o sociales que puede tener su difusión. Es por esta razón que la labor del periodista ha de estar enraizada en la responsabilidad y el valor de asumir las consecuencias de un ejercicio profesional aferrado siempre, solo en todo a la verdad.
La ética tiene que ver con el pensamiento y las acciones de los hombres, acciones determinadas por su modo de pensar, de actuar, por la influencia de su carácter.
Por ética periodística podemos entender el pensamiento y la manera de actuar, dentro de la moral, de adhesión a la verdad, a la equidad, al respeto por la dignidad humana en sociedad, no en forma aislada y la búsqueda del desarrollo común en el manejo de la información.
La verdad, la objetividad y la libertad de expresión responsable son las columnas fundamentales de la ética periodística. Bajo el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación social y el cambio de mentalidad que ha traído como consecuencia la posmodernidad, se ha producido un giro amenazando de los principios y valores éticos hacia el ejercicio irresponsable de la libertad de expresión, el mundo virtual y de las apariencias, y, sobre todo, hacia la rentabilidad económica del quehacer periodístico.
De hecho, podemos decir que la misión principal de los medios de comunicación social y, sobre todo, del periodista es describir la realidad. Y es el ejercicio de esta misión, que el periodista ha de buscar la máxima objetividad posible. Como observador ha de explicar los hechos de manera transparente, pues las demás personas tienen el derecho a saber qué, cómo y por qué suceden las cosas.
En el día a día del ejercicio profesional periodístico se ha experimentado un mayor interés por el desarrollo de una ética de la comunicación, producto de la gran incidencia que tienen los medios de comunicación sobre las personas y las instituciones.
El propósito de ilustrar honestamente al público acerca de las materias investigadas. Las principales líneas que han de seguir los medios de comunicación son: objetividad, veracidad, oportunidad y pluralidad.
Creo que la dimensión ética de la comunicación no sólo atañe al contenido del mensaje y al proceso de comunicación, sino también a cuestiones fundamentales: la veracidad de los hechos, alta calidad del pensamiento, el respeto a la dignidad de la persona humana y la equidad en el juicio.
Un comunicador que sabe lo que escribe, definitivamente tendrá siempre seguidores o admiradores que cada día o cada noche busquen sus notas o vean sus programas televisivos para saber la verdad de los hechos. No sólo basta conocer la verdad para divulgarla, sino también para saber cómo decirla sin necesidad de manipular o distorsionar la información.
No quiero terminar sin antes dejar algunas recomendaciones en cuanto a los valores éticos que ha de tener, reunir y asumir un periodista y comunicador.
1. Tener en cuenta la dignidad de la persona humana
2. La principal meta es la humanización del hombre y la mujer, es decir, la búsqueda del bien común.
3. Responsabilidad y competencia.
4. Toda comunicación ha de ajustarse a la sinceridad, honradez y veracidad de los hechos.
5. Tenemos el imperativo moral de construir una mentalidad analítica y crítica.
Puedo afirmar que el periodismo es la mas noble de las profesiones, pero también puede llegar a ser el más vil de los oficios, según cómo se practique y se ejerza. Tenemos en nuestras manos el poder de construir una nueva y mejor sociedad dominicana, y dicha edificación es de vital importancia a la labor periodística como ente o institución rectora de opinión pública.
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